sábado, 3 de julio de 2010

SÉ COMO EL GRANO DE TRIGO

Sé como el grano de trigo que cae

en tierra y desaparece.

Y aunque te duela la muerte de hoy,

mira la espiga que crece.


Un trigal será la Iglesia

que guardará mis entregas,

fecundado en la sangre de Aquél

que dio la vida por ella.


Ciudad nueva del amor,

donde vivirá el pueblo

que en los brazos de su dueño nació,

sostenido en un madero.


Yo mi vida he de entregar,

para aumentar la cosecha

que el sembrador al final buscará

y dejará ser eterna.


Y un día al Padre volveré,

a descubrir el secreto

de la pequeña semilla que fiel

cobró su herencia en el cielo.



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